Otro día más hay que saltarse la dieta con esta maravillosa tarta, que no podremos dejar de hacer para una fiesta de verano. A los niños les encantará y es mucho más fácil de lo que crees.
Comenzaremos horneando nuestro bizcocho preferido, pero esta vez en un bol apto para el horno, haremos dos ya que les quitaremos la parte superior para que encajen ambos a la perfección y dar a nuestro pastel esta bonita forma.
Una vez horneados les quitaremos la parte superior que siempre suele quedar un poco más fea con ayuda de un cuchillo. Una vez hecho esto tomaremos uno de ellos y comenzaremos a vaciarlo con una cuchara. En el hueco pondremos los caramelos y sorpresas varias. Para fijar las dos tapas untaremos un poco de crema de mantequilla para que se peguen.
Esta misma crema de mantequilla nos servirá para cubrir toda la tarta y decoraremos con bolitas comestibles. Aunque también podemos probar a cubrirla con fondant.
Quedará una tarta muy bonita pero lo mejor de ella es que sorprenderá a los más pequeños de la casa.
Siguiendo No Solo DIY.
